¿Podemos permitirnos perder el ecosistema del Estuario del Guadalquivir?

El ecosistema de este estuario tiene un potencial ambiental de primer nivel puesto que contribuye en gran medida a la alta productividad biológica y pesquera del Golfo de Cádiz. Nuestro colaborador César Vilas y Pedro Cañavate (IFAPA) lo cuentan en este espacio de Canal Sur. ¡Gran trabajo de investigación ecológica a largo plazo!

https://www.canalsur.es/television/programas/espacio-protegido/noticia/1706392.html

Sin embargo, ese potencial está amenazado. El estuario presenta síntomas de agotamiento. Desde el siglo XVIII, el estuario ha estado sometido a crecientes presiones antropogénicas derivadas de la ocupación de marismas, dragados, pesca, regulación fluvial y otras actividades que han alterado su equilibrio natural. El desarrollo urbano y agrícola ha contribuido a la pérdida de humedales, transformando más del 80% de la superficie original de la marisma, y ha producido importantes cambios morfológicos en el estuario. El caudal del río está altamente regulado por sus 57 presas. Esto ha provocado una disminución de los aportes de agua dulce al estuario de alrededor del 60% en las últimas décadas, así como cambios en los patrones estacionales de las descargas, lo que repercute en la cadena trófica a todos los niveles. También son preocupantes las condiciones de hiperturbidez y las elevadas cargas de nutrientes y, más recientemente, de plásticos procedentes de las tierras agrícolas y las zonas urbanas circundantes.

¿Podemos permitirnos perder el ecosistema del Estuario del Guadalquivir?

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